miércoles, 9 de mayo de 2018

DEGRADACIÓN Y DEFORESTACIÓN DEL BOSQUE NATIVO

Los procesos de degradación del bosque nativo argentino se relacionan principalmente con dos cuestiones: por un lado, la explotación selectiva como forma predominante; por el otro lado, la utilización del fuego como método de apertura de masas boscosas densas, tanto para facilitar el uso agropecuario como para la instalación humana en general.
La deforestación implica la pérdida progresiva de la superficie boscosa.
En general, está vinculada al avance de las activas agropecuarias y al cambio en el uso del suelo, que pasa de ser forestal a ser agrícola, ganadero o una combinación de ambos.
Con la deforestación, no solamente desaparece el bosque, sino también se inician los procesos de degradación del suelo. Esto se debe a que los árboles forman una cubierta protectora del suelo. Si está cubierta es removida, el suelo queda expuesto a la erosión y es fácilmente destruido. Por lo general, luego de desmontado el bosque, se implementan prácticas agrias inadecuadas que contribuyen al proceso de deforestación.
Otra de las causas de la deforestación es el reemplazo del bosque nativo por el implantado. En estos casos, se talan las especies originarias y se plantan otras que, en general, son de crecimiento rápido y presentan un alto valor en el mercado. De esta forma se reduce la diversidad natural del ecosistema para acelerar los tiempos de comercialización y obtención de ganancias. En otros casos, las plantaciones pueden realizarse con el fin de recuperar parte del bosque original. Para ello, suelen emplearse especies exóticas a la región.
 

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